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Manifestación en Afganistán

Una de las muchas manifestaciones que se han producido a lo largo de los años en Afganistán

Naciones Unidas

La ONU posee un papel de gran importancia en los diferentes conflictos de Oriente Medio.

jueves, 6 de febrero de 2014

Siria incumple los plazos del desarme químico


El régimen sirio ha incumplido los plazos del desarme químico al que se comprometió hace cinco meses, sin represalia alguna por parte de aquellos que auspiciaron el acuerdo, Estados Unidos y Rusia. A medianoche de este miércoles expira el tiempo señalado para que Damasco se libre de las 700 toneladas de mezclas y componentes de uno de los mayores arsenales del mundo. De su puerto de Latakia sólo han partido dos cargamentos con unas 20 toneladas, apenas un 4%, de los materiales más tóxicos.
Mientras, los grupos opositores acusan al presidente Bachar El Asad de intensificar el uso de armas prohibidas por la comunidad internacional, como barriles cargados de explosivos lanzados sobre zonas residenciales. Solo en enero, el mes en que comenzó el diálogo entre el régimen y los opositores, murieron en Siria 2.100 personas.


El gobierno ruso se apresuró este martes a prometer que su aliado El Asad cumplirá con su palabra y que sólo necesita más tiempo. “Están dispuestos a completar el proceso el 1 de marzo”, dijo este martes el viceministro de Exteriores ruso, Genadi Gatilov, en referencia al gobierno sirio. Añadió que el problema han sido “las dificultades de la seguridad de esta operación”, informa la agencia RIA. Esa es una de las excusas del régimen: que los ataques rebeldes ponen en peligro los cargamentos. Sin embargo, el grueso del arsenal sirio estaba desperdigado por una cuarentena de instalaciones, y debe ser reunido para su extracción en el puerto de Latakia, un bastión del régimen altamente reforzado.
A pesar de todo este proceso de desarme químico, menos de un 2% de las víctimas del conflicto sirio ha fallecido por ataques químicos. En tres años de revuelta contra El Asad han muerto 130.000 personas, según los grupos observadores. La primera ronda de negociaciones de paz con los opositores moderados, que tuvo lugar el mes pasado en Ginebra, no dio resultado alguno.

martes, 4 de febrero de 2014

85 muertos tras un ataque con barriles explosivos en Alepo

Un nuevo bombardeo de la aviación siria sobre Alepo ha dejado al menos 85 muertos, 65 de ellos civiles, en una sola jornada. Varios helicópteros arrasaron este sábado con barriles explosivos parte de los vecindarios orientales controlados por los rebeldes. El más afectado ha sido el barrio de Tariq el Bab, donde al menos 33 civiles murieron, entre ellos seis niños y dos mujeres, según ha difundido este domingo el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una red basada en Londres que cuenta con informadores en todo el territorio sirio. Otros 13 civiles han fallecido en ataques similares en las zonas de Al Salahin y Al Marya, también al este de la ciudad.

La barrida del sábado supone la continuación de la estrategia de acoso por parte del régimen de El Asad contra las zonas "liberadas" de la capital del norte sirio. Desde que el pasado diciembre se intensificase la ofensiva contra la ciudad, cientos de personas han perdido la vida en los repetidos ataques con barriles explosivos lanzados desde el aire, a menudo contra vecindarios populosos habitados en su gran mayoría por civiles.
El ataque coincide también con el fin de la primera ronda de negociaciones entre el régimen y la oposición, celebradas en el marco de la cumbre de Ginebra II. Ambas partes deberán reencontrarse el próximo 10 de febrero para intentar arañar algún punto de acuerdo que permita atisbar un posible final para una guerra que ha dejado más de 130.000 muertos después de tres años.

El propio ministro de Defensa sirio, el general Fahd al Freij, elogió este viernes los avances de sus tropas en Alepo durante una visita a la provincia, según recoge la agencia nacional siria, SANA. “La victoria está cerca”, cita el órgano oficial de El Asad, en referencia a la ofensiva contra la segunda ciudad más importante de Siria tras Damasco y primera en población.

lunes, 13 de enero de 2014

Información desde otro punto de vista.

Normalmente para informarnos sobre temas de Oriente Medio recurrimos a medios nacionales, o internacionales, pero casi siempre occidentales, por lo tanto nos dan una visión muy particular. Lo correcto sería informarse por vías opuestas para comparar informaciones, pero en muchas ocasiones el idioma es un impedimento. Por eso queremos presentar en este blog el canal de televisión Córdoba Internacional, un canal dirigido a los hispanohablantes y hecho desde una perspectiva islámica.

Según ellos están dirigidos a " a todos los grupos de televidentes, independientemente de su edad, nivel adquisitivo, estudios, cultura o religión, con un mensaje moderno y directo, pero con una ejecución exquisita que tiene vocación de crear un espacio seguro para todos, donde la televisión no busca su propio beneficio sino el beneficio del espectador, que siempre sacará algo bueno de cada minuto que vea."

Podemos encontrar más información en su página web:

http://www.cordobainternacional.com/

Testimonios de primera mano.


Olga Rodriguez es una periodista especializada en Conflictos de Oriente Medio. Ha trabajado en numerosas ocasiones sobre el terreno, cubriendo conflictos y haciendo un periodismo de corte social. Para temas tan conflictivos y lejanos para nosotros, hemos de procurar que elegir las fuentes de información correctas, y Olga es una de ellas.

Ha escrito varios libros a lo largo de su carrera sobre las revueltas árabes:

 Aquí Bagdad. Crónica de una guerra (Editorial Velecío, 2004).

José Couso, la mirada incómoda (2004) como coautora.

El hombre mojado no teme la lluvia es uno de ellos (Editorial Debate 2009),                              

Yo muero hoy (Editorial Debate 2012).

El blog personal, en el que escribe su trabajo es http://olgarodriguez.org/  .Aunque también se puede leer en el periódico El Diario.

Un superviviente de Sabra y Chatila: "Dios castigará a Sharon"

Los tres días de matanza perpetrada en 1982 por milicianos falangistas cristianos como venganza por el asesinato del entonces presidente libanés, Bachir Gemayel, contra los palestinos de los campos de Sabra y Chatila constituyen uno de los episodios más negros de la guerra civil libanesa (1975-1990). Calificada como “acto de genocidio” por la Asamblea General de la ONU, la muerte de entre 425 y 1.500 personas (según datos israelíes y del Comité Internacional de la Cruz Roja, respectivamente, pese a que la cifra puede alcanzar los 3.000, según otras investigaciones) perdura como la principal mancha en el expediente del fallecido ex primer ministro israelí Ariel Sharon, a quien una comisión israelí señaló como “responsable indirecto” de la masacre.
En 1983, Sharon, ministro de Defensa durante la invasión de Líbano, fue acusado por una investigación israelí de “ignorar el peligro del derramamiento de sangre y la venganza cuando aprobó la entrada de los falangistas en los campos”, lo que provocó su dimisión como ministro, pero no detuvo su carrera política. Sus tropas estaban a cargo de la vigilancia de los campos de refugiados palestinos de Beirut, donde se guarecían unos 2.000 combatientes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Dos semanas después de que los milicianos palestinos abandonaran los campos, una columna cristiana irrumpió de noche entre las calles ahora atestadas de gente que merodea entre puestos de mercado, barberías y cafés, bajo la mirada entonces de los militares israelíes, que permitieron su acceso so pretexto de que iban a detener a “terroristas”.




“Nunca olvidaremos esta matanza”, apunta Abu Maher, de 61 años, “estuvimos rodeados [por los israelíes] durante seis o siete días, no podíamos salir”. 

El plan nuclear iraní se llevará a cabo a partir del 20 de enero

Irán y las seis potencias –los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, más Alemania- alcanzaron este domingo un acuerdo para comenzar a ejecutar el pacto sobre la limitación del programa nuclear iraní, que sus respectivos Gobiernos firmaron en Ginebra el pasado mes de noviembre. Este compromiso, que entrará en vigor el próximo 20 de enero, concreta las líneas genéricas de actuación para poner en práctica un Plan Conjunto que exige a Teherán suspender el enriquecimiento de uranio por encima del 5% a cambio de suavizar la dureza de algunas de las sanciones internacionales impuestas a Irán.

“A partir del 20 de enero, Irán por primera vez comenzará a eliminar su almacén de uranio enriquecido a altos niveles y a desmantelar parte de la infraestructura que hace posible ese enriquecimiento”, señaló el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en un comunicado minutos después de que la responsable de la Diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton, anunciara el acuerdo y de que fuera confirmado por el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Mohamed Javad Zarif. Las potencias acordaron que el acuerdo alcanzado en noviembre tendría una vigencia de seis meses, renovable, para facilitar las negociaciones de cara un pacto más amplio.

La cautela sobre los avances de la ejecución del Plan Conjunto y de las negociaciones sobre el programa nuclear iraní es máxima. Israel y Arabia Saudí han redoblado sus expresiones de malestar y recelo ante un acuerdo que, de llevarse a efecto, supondría la reentrada de Irán en la escena internacional. Un fracaso de las mismas, pondría todavía más en entredicho la credibilidad de Obama en política exterior.


Novelas para acercarnos a la realidad afgana.

Cometas en el cielo es un libro escrito por Khaled Hosseni, que narra una historia ambientada en Afganistán. En muchas ocasiones la lecturas de novelas de no ficción, el cine o los documentales son otros medios alternativos para acercarnos a la realidad de un país.



El libro narra la historia de Amir, un niño del barrio Wazir Akbar Khan de Kabul y de su mejor amigo, Hassan, un sirviente hazara de su padre. Amir se propone ganar una competición de cometas, aunque ello signifique sacrificar su amistad con Hassan. La trama transcurre "sobre el telón de fondo de un Afganistán respetuoso de sus ricas tradiciones ancestrales" mientras durante el invierno de 1975 en Kabul "la vida se desarrolla con toda la intensidad, la pujanza y el colorido de una ciudad confiada en su futuro e ignorante de que se avecina uno de los periodos más cruentos que han padecido los milenarios pueblos que la habitan".
 

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